miércoles, 15 de julio de 2009

De todos los días

Lázaro resultó siendo Ursula y tenía que arrancar diciendo esto. Había estado esperando pacientemente por él desde que LM me dijo que su gata estaba embarazada e incluso el nombre, cosa importante, había sido impuesto. Ahora las cosas cambian y habrá que adaptarse a las necesidades de la pequeña Ursula. Aún no la conozco pero LM me dice que es hermosa y eso basta. Una Ursula.


***


Otra cosa, hace poco Ella me preguntó sobre mi relación específica con ella. Ante tal inusitado arranque de honestidad fui completamente sincero y dije que ninguna. Después traté de ser más especifico y le dije que lo que me encantaba de ella era esa conexión que tiene con su lado infantil, ese mirar todo con ojos nuevos, como si viera las cosas por primera vez y que cada ocasión en que estaba con ella sentía en mí eso, esa infancia, esa sonrisa de sol de mediodía y muñeco de trapo, que me diga que hoy el cielo no tiene nubes y que se ve inmenso. Eso me gusta de ella y Ella es muy parecida. A Ella le encanta jugar con sus primitos y puede pasar horas haciéndolo, me gusta verla taparse el rostro mientras se ríe y escucharla decir menso, que no sepa lo que quiere aunque lo sepa.

Hoy hace calor y el cielo no tiene nubes. Se ve más grande y parece un cielo de campo, lejos de la ciudad y sin olor a humo, no más gente corriendo sin tiempo para mirar hacia arriba. Sólo una colina verde donde tumbarse de cara al sol. Sigo esperando y parece que lo voy a hacer por siempre. No sé si todavía creo en eso de disfrutar la espera, cuando las cosas no llegan y tampoco se ven en el horizonte uno se empieza a preguntar si todo marcha bien. Nada marcha bien. Nada marcha bien y tampoco sé que pensar. No sé tampoco si voy a verla. Hoy es un día con muchas dudas.



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