jueves, 16 de julio de 2009

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Otro rostro. Más máscaras. Máscaras festivas, máscaras alegres con una sonrisa que cruza el rostro como el tajo de una navaja. Caras vemos corazones no sabemos, máscaras vemos corazones ídem. Como en la canción del payaso, esa de Willie Rosario donde dicen que ríe por no llorar, o la canción de Lavoe donde siempre se es dos, y nadie pregunta si sufro si lloro si tengo una pena que hiere muy hondo. Sólo importa el cantar, el escenario y la cara pública, la cara sonriente cruzada por un tajo de navaja. En las mujeres es más evidente, los labios rojos hacen que esa herida resalte más. Decimos y decidimos que son más felices pero nadie pregunta y al final del día, mientras se quitan el maquillaje y los labios no son más el tajo rojo de una navaja, van volviendo a ser lo que son, lo que todos somos. Una perfecta y clara imperfección, un micrófono que entra por arriba en una toma irrepetible, una mota de polvo sobre algo que se suponía impoluto, una nota en el lugar equivocado en un concierto de Glen Gould. Un rostro sin máscara, una cara que ya no sonríe al mirarse fijamente al espejo.

2 comentarios:

El Mantra dijo...

Con colaboración de MC

Ángela Cuartas dijo...

Esto me recuerda a Warhol, que anda ahora por Bogotá. Me gusta tu blog, sobre todo esto de las caras.