jueves, 30 de diciembre de 2010

Lo mejor del 2010

Siguiendo con esta tradición, variándola tan sólo un poco pero manteniendo la esencia, dejando escurrir los “greatest hits” versión 2010, escribo lo que, al parecer, fue lo mejor del año, aunque esta vez sólo he incluido lo que más me ha gustado “emocionalmente” dejando por fuera trabajos y obligaciones. Injusta e insensata como todas las listas, dejándome llevar por la tiranía del último momento que nubla hechos relevantes ocurridos durante los primeros meses de este dos mil diez. Hoy, justo el día de mi cumpleaños y cuando falta sólo un día para que el año termine, las cosas no son muy claras para mí, este año fue un agujero negro, pero hago un intento grande para hablar claro y fuerte. En fin, aquí están, estos son…

1. Mantener este blog, a pesar de la desidia, las dilaciones y la procrastinación. Seguir escribiendo.

2. El nacimiento de mi primera sobrina, Ana Sofía Herreño Bossa, mejor conocida como la masita.

3. La partida de N a Barcelona. Si bien me dolió mucho el hecho de no verla más, me alegra saber que es feliz.

4. Las cometas en agosto.

5. Los cuentos de Remedios.

6. Seguir leyendo, (como cada año, como cada mayo), Rayuela de Cortázar.

7. Los cafés del jueves, cada vez menos, con MC y LC.

8. Redescubrir a personas que conocí en el pasado y que ahora son importantes para mí.

9. Quererla, a pesar de todo.

10. Mantener las dreads, aunque este año que viene…

11. Seguir aprendiendo, nunca dejar de aprender.

Menciones especiales

Película del año: Up, Up in the air, A serious man, Das weisse band, Solitary man y, también, The killer inside me.

Canción del año: unas cuantas, entre ellas Star Eyes (I can’t catch it) de Sparklehorse y David Lynch haciendo la voz; Sprawl II de Arcade Fire; To Binge de Gorillaz e Insane Lullaby de Sparklehorse.

Libro del año: La insoportable levedad del ser de Milan Kundera, Los Vagabundos del Dharma de Jack Kerouac y los Relatos de Henry James, especialmente El banco de la desolación.

Ahora que miro arriba veo que, convenientemente, faltan cosas quizá más importantes pero en fin, la memoria es selectiva, sólo elige lo que le es grato. En todo caso, feliz año a los que lean esto y un feliz cumpleaños a mí mismo, disculpándome por no haberme comprado nada pero prometiéndome que en los primeros días del nuevo año saldaré con creces esa deuda, por cuarta vez. Como siempre.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Más de lo que podría esperar

Se acaba este año, esta década, y muchas cosas quedan. Las mejores cosas de mi vida han sucedido en estos últimos diez años. Todo lo importante. Lo malo, lo peor, es que todo lo que es bueno tiende a acabar y este año 2010 ha sido, lejos, uno de los peores para mí. No es que la calamidad se haya ensañado conmigo, es un poco lo contrario. Este ha sido un año totalmente gris, como si alguien hubiese presionado el botón de pausa en este videojuego. Un año que dejó poco, nunca encontré lo que buscaba y si lo encontré, alguien podría argumentarlo, no fue más que un espejismo, hermosa e intangible. En este año un viaje largamente planeado se frustró en el último momento, dejándome en la mitad de la nada. A veces eso de quemar las naves simplemente no resulta, uno se queda a la deriva, esperando un milagro mientras trata que todo se encauce, que todo vuelva un poco a la normalidad mientras se sonríe como en un día soleado en la playa, siempre es mejor una sonrisa, cuando por dentro todo es como en el fondo del mar. Ahora, mañana, tendré oficialmente 26 años y siempre vi esta cifra como una barrera. El limite. La edad adulta, en mayúsculas y subrayado. Cuando niño creía que tener veintiséis años era ser grande y que, como grande, los sueños que tenía se iban a cumplir. A minutos de llegar a ese punto de no retorno le digo a ese niño que fui algún día que, aunque me duela, casi he olvidado lo que significa soñar.

martes, 28 de diciembre de 2010

Pausa activa

Justo ahora veo Scott Pilgrim versus the World. La estaba viendo en megavideo y han pasado 72 minutos, el ominoso minuto setenta y dos que muchos conocerán, lo que me da tiempo para cumplir la autoimpuesta cita diaria con este blog. Hasta el momento, y por lo que pude notar, la película va de un tipo que se llama Scott Pilgrim que conoce a una nena que se llama Ramona pero lo que él desconoce, siempre hay algo malo con las nenas lindas, es que para poder salir con ella debe vencer uno a uno a sus siete ex novios malvados. Acá me detengo y explico, si alguien me contara el argumento hasta aquí, no me vería esta película, de hecho cuando vi el trailer y escuché la historia me parecía bastante estúpida. Claro, desconocía incluso la existencia del cómic pero fue N, hace rato no hablaba de ella por aquí, quien me lo enseñó. Primero fue la canción, claro. La canción de Plumtree que tiene el mismo nombre del protagonista de la película, en realidad inspiró todo el universo del cómic, y que ella, N, dice que la hace feliz. Le encanta ver, dice N, la felicidad en la cara de las dos cantantes mientras recorren vías alternas de un Canadá boscoso en sus carros viejos con reproductores de cinta viejas vistiendo viejos y abultados sacos. Hasta el momento, hasta el instante preciso en el que se cumplieron los 72 minutos, el atribulado bajista del poco conocido grupo Sex Bob-Omb, llamado por todos Scott Pilgrim, había derrotado a tres ex novios de Ramona por lo que la violencia está lejos de terminar. Continuaré viendo, emocionado, la película. Gracias.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Old fashioned

Como no se me ocurre nada nuevo y tampoco tengo mucho tiempo, increíble que me pase eso en este jovial tiempo de vacaciones, echaré mano de recursos antiguos, trucos viejos y ya por todo conocidos. Hecho. Es sábado en Cali, ciudad caliente y en Feria, y El Caleño, abnegado trabajador que es, se encuentra absorto en la lectura de un gigantesco aviso. Sabe, supone, que MC ha regresado a la ciudad, por eso le manda un mensaje de texto para encontrase con ella y sí, MC ha regresado, hay farra en el nuevo bar de don Hebert. El Caleño, impulsado por el aire festivo que envuelve a su ciudad, decide viajar al Alameda por lo que termina rápido todo lo que tiene que hacer y sale en busca de un MIO. Es tarde y el MIO pasa poco, tiene suerte y consigue abordar un p30a casi vacío aunque llega a la estación Torre de Cali y el t30 no aparece, es casi un mito. Las pantallas que anuncian las llegadas prometen un bus cada cinco minutos pero esto, ya lo dijo, es Cali y aquí ni los buses llegan a tiempo. Al final llegan dos t30 casi al mismo tiempo, el primero total y absolutamente lleno y el segundo absoluta y totalmente vacío. Aborda el segundo, lógicamente.

El Caleño llega a donde don Hebert, que se ha vuelto demasiado popular, la calle rebosa de gente y al fin se reencuentra con sus amigos. Como El Caleño es algo vago y tiende a repetirse, procederá a transcribir las iniciales del post anterior: “MG y PP, IP y PD, CA y MC, FR y AD, JL, JL (el sobrino de JL), DM, BV y C.” Bueno, sobra decir que siempre es bueno reencontrase con la gente que se quiere, aunque en caso de reencuentros siempre es mejor llevar más de una cajetilla de cigarrillos. Los Luckies se acaban pronto y, de la nada, empieza a llover por lo que los planes de fuga, el domingo trabaja en la tarde y no puede trasnochar, se frustran un poco. Después alguien habla de un remate y la floja voluntad de El Caleño cede. A las 3 de la mañana viajan de nuevo, al sur, rumbo a la casa de MG que después de un rato le dice, a El Caleño, que pronto leerá algo sobre esta reunión. MG dice que lo verá escribiendo sobre él (MG), sobre CA, sobre CR pero entonces El Caleño y ella, que está a su lado, lo corrigen porque no, no es CR, siempre va a ser C.

domingo, 26 de diciembre de 2010

A bunch of consonants

Quien lo iba a pensar. Una invitación a un concierto que al fin no se cumple pero mejor ir donde siempre. Un buen reencuentro, algunos buenos amigos que no se veían desde hace tiempo y tomo aire, miro fijo el teclado y trascribo, MG y PP, IP y PD, CA y MC, FR y AD, JL, JL (el sobrino de JL), DM, BV y C. En la mañana regresar a casa y no dormir nada, verse el partido del Tottenham frente al Aston Villa (ganamos dos a uno) y volver a trabajar.

sábado, 25 de diciembre de 2010

On the route

Ahora estoy en el trabajo y recuerdo que debo terminar un post. Hablo con L por el msn y con MC por el móvil. El 25 se celebran muchas cosas, viene bomba estéreo a la ciudad y algunos amigos piensan en ir, yo pienso en ir aunque primero debo leer un gigantesco anuncio de la Alcaldía de esta ciudad en Feria. Montones de números y letras, predios listos a expropiarse para dar paso a las Megaobras, pero ante todo letras y números. El tiempo pasa y las páginas también, poesía burda y barata pero no por eso menos cierta, se acaban los números y ahora hay una nota sobre toros y la muy “aclamada” temporada caleña. Me gustaría obviarla pero mi trabajo consiste en leer y corregir, así sean toros, así sea Uribe.

La mañana de hoy fue triste y difícil, nunca pensé que extrañaría tanto a la Liga inglesa, pero afortunadamente mañana hay un montón de partidos, por lo que debo procurar estar lo suficientemente sobrio como para disfrutar el espectáculo. Mañana más cosas, por ahora un regalo en un caja.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz navidá

Y esto lo escribo a los trompicones, a la carrera, como casi todo. Lo escribo con un par de Pokers (la cerveza de los amigos) y un Lucky humeando en la mano izquierda por que la derecha está para golpear el teclado. Escribo, escribo, feliz navidad y todas esas cosas porque cada diciembre, por estas fechas, uno se hace un poco más melancólico y un poco más feliz, casi sin puntos medios. El vaso medio lleno y medio vacío, a la vez. Cada año miramos más el calendario, las navidades que pasan, la nueva canción de la Feria. Cada año una nueva versión de lo mismo, nieve artificial sobre árboles artificiales, luces fundidas y otras parpadeando, medio lleno medio vacío. Hoy inicio la cuenta regresiva a mi cumpleaños, son los veintiséis, la frontera, el límite que siempre me impuse. Hay que ver si con los años no llegan más achaques, por ahora otra Poker.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Máscaras

Cumplo la promesa en parte. Dije que iba a subir un post random y diario hasta, supongo, el 30 de diciembre. Hoy fallo en este intento aunque técnica- mente este disclaimer funcione un poco. No se dio y el tiempo pasó volando, así que ahora pienso en un par de cosas y me digo “¿de qué forma efectiva puedo rellenar sin ser tan, evidentemente, descarado?”. Nunca se me ha dado el copipestiar, releyendo este texto me doy cuenta que está plagado de anglicismos y palabras que no existen pero, que se le va a hacer, der Zeitgeist weht. Mañana, ante tanta festividad, supongo que tendré que escribir en la tarde o antes que los ánimos se caldeen. Por lo pronto resumo máscaras y más máscaras, las de agosto de 2009, prometiéndoles que, algún día, retomaré uno de los “experimentos” que más me gustó mientras los usé en el blog.


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Otro rostro. Más máscaras. Todos quieren, todo queremos, ver lo que hay debajo de las máscaras. Ver lo que una máscara oculta como si allí radicara la verdad. Bajo la máscara creen, creemos, encontrar una revelación, algo que sea tan hermoso y único que nos dé esperanza. Esperamos encontrar bajo todas las máscaras algo bello e infinito, una visión del cielo que nos recuerde también que no todo es malo y que hay un dios en el cielo que es más que un símbolo. La vana esperanza de que, tal vez, debajo de esto que llamamos rostro, y no es más que una máscara, haya algo más y no una simple abismo infinito.

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Otro rostro. Más máscaras. Más máscaras o ninguna. Imaginar entonces un mundo sin máscaras, sin simulacros sobre nuestros rostros. Sin forma de esconderse de las miradas que se clavan sobre los ojos, sin manera alguna de evitar ser reconocido. Un mundo sin matices y donde todo significa lo que es, lo que se muestra, donde todas las cosas son simplemente eso, todas las cosas; donde todo es significante sin significado. Pronto esta visión del mundo se derrumba, porque nadie soporta ver la verdad en su rostro y en el de los demás, como si esta se repitiera en un único y gigantesco espejo de feria. Pronto todos agacharán sus miradas al suelo evitando verse a los ojos; pronto alguien encontrará un perfecto trozo de madera con dos agujeros equidistantes, lo tomará entre sus manos y sentirá después el frío de la madera junto a sus mejillas, más tarde alzará triunfante su mirada como si contemplara un gigantesco monolito negro caído del cielo.


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Otro rostro. Más máscaras. Un antifaz ahora. Un antifaz como la mitad de una máscara, suficiente para ocultarnos y suficiente para mostrarnos tal como somos. Un antifaz sobre los ojos para, así, no mirar a los de los demás. Los antifaces usualmente vienen acompañados de buenas intenciones, vemos un poco de piel y no nos importa el resto. De buenas intenciones está lleno el camino al infierno y de máscaras adornadas sus paredes. Se podría creer, y son suficientes los argumentos para hacerlo, que al ser relativamente escasa la parte del rostro que cubre, el antifaz es una forma de escape hacia el mundo. Al no estar cubierto totalmente el rostro somos más nosotros de lo que seríamos de cubrirnos total y absolutamente la cara con una máscara corriente. De allí deriva la creencia, popularmente extendida entre nuestros pueblos, de que es mejor medio rostro por ver que ninguno para mostrar. Lo malo de la sabiduría popular es que, a pesar de tener cierto fondo de verdad, se queda en los márgenes y no explica situaciones. No explica, por ejemplo, que ese medio rostro que se ve está tan deformado por el peso del antifaz como lo estaría bajo una máscara, que esos labios que se ven tan normales en realidad se retuercen bajo un dolor indecible. El resultado siempre va a ser el mismo mientras se esté bajo algo, bajo el dolor o bajo una máscara, bajo un yugo que deforma cuerpos y mentes, bajo cualquier influencia.

Entonces es cuando la matemática queda fuera de lugar y un antifaz no es la mitad de una máscara, un antifaz es una máscara tan grande como cualquier otra.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Haciendo listas

Es tiempo de hacer listas. Enumerar, lo bueno y lo malo. Como es ya costumbre en este blog suelo hacer un post llamado “lo mejor del 200x” que es subido el 30 de diciembre, día de mi cumpleaños, pero desde ahora debo decir que el 2010 deja pocas cosas buenas, casi nada. El año pasado, por estas fechas, corría en un intento vano por alcanzar los cien post y sólo llegué a 96, pero este año me quedo mucho más corto. No es una sorpresa. Ahora, quizá intentando redimirme un poco ante la desidia de meses anteriores escribiré un post random cada día, de extensión tan aleatoria como el mismo contenido del post y plagado de hipervínculos, enlaces and another fancy stuff, para darle un poco de vitalidad a este moribundo espacio. Con gusto.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Volver, de nuevo

Digamos que este es el noveno intento. Tal vez exagero, pero ya va un tiempo y casi parece que todos los días intento escribir algo aquí pero otra cosa aparece y luego el sueño me gana. Intento. Otro intento y no tengo muy en claro que es lo que quiero escribir. La semana pasada, el fin de semana, el lunes, el martes, todos esos días hubo cosas que, tal vez, valdrían la pena rescatar. Jueves con MA o viernes en la tarde el reencuentro con L y el matrimonio de JU y GG, constatar que la felicidad sí viene de a dos; la fiesta del diario y las arepaehuevos de desayuno, película de la India y helados más tarde con SO y CB, reafirmar que la felicidad viene de a dos. Eso.

Repito, regreso. Como un equipo a punto de descender que se salva en la última fecha. Como un equipo que se salva de la promoción. No es un regreso triunfal, apenas unas líneas que sirvan de disculpa, de excusa y otros quince días, dieciséis en este caso, para escribir entonces otro “lo siento”. Tratando de evitarlo busqué un par de fotos, una de las cosas más importantes de este blog es el “perfecto” acompañamiento gráfico de cada post, ya que los “complicados procesos de escritura se ven estimulados al recurrir a las imágenes”. Así. Por ahora, entonces, los dejo con una foto que me gusta mucho y un video de una canción que me gusta mucho, los dejo también con una promesa. Antes de que se acabe este año, antes que cumpla años, escribiré para ustedes, par de lectores, algo medianamente decente, lo mejor que puedo hacer. Disfruten la música.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Everything is illuminated

Llegó diciembre, mi mes menos favorito. Si tuviera, si en mí hubiese algo parecido a un ranking de meses, diciembre ocuparía un merecidísimo decimosegundo lugar sin que en el ranking, obvio, enero ocupara el primer lugar o junio el sexto. Tal vez mi mes favorito es agosto. En agosto inician gran parte de las temporadas en el fútbol europeo, agosto se llama uno de mis libros favoritos de Rubem Fonseca y, además, agosto es el mes de las cometas. Agosto es un buen mes, hace calor pero también el viento sopla lo suficiente como para no sentirlo; se juegan los primeros partidos en Italia, España o Inglaterra, fichajes de último momento que se sienten torpes en la cancha, aún no se acostumbran pero más tarde, quizá en diciembre y bajo la nieve, volverán a ser la mejor versión de sí mismos; Agosto, Alberto Mattos, Salete, Alice, Getúlio Vargas, 1954.

La principal razón de mi, no odio, animadversión al feliz último mes del año se debe principalmente a mi cumpleaños. Como ya lo he dicho antes, mil veces, el treinta de diciembre no es una muy buena fecha para cumplir años. En fin, tampoco me gusta la Feria de Cali.

Como este es el primer post de este mes non grato, trataré de hacer un rápido resumen de cosas que pensé mencionar antes pero olvidé. El lunes pasado jugaron el Barcelona y el Real Madrid. Barcelona destruyó al Real Madrid por lo que yo, siempre pendiente de las causas de los “débiles”, me he hecho seguidor merengue. Nunca he sido hincha del fútbol español, de hecho mis únicos equipos europeos son la Juventus y el Tottenham Hotspur, pero quiero ser testigo de lo que se viene. El partido del lunes no sólo fue un partido, se hizo historia. Fue el momento final, el último escalón que necesitaba subir el Barcelona para ser considerado, ya lo es, el mejor equipo de la historia. Este partido, este resultado, también es un punto de partida para el Madrid, para el camino que tienen que recorrer hasta el próximo Clásico. Confío en Mourinho y quiero ver ese trabajo, para que nos demuestre a todos los impedidos que el trabajo duro compensa, en algunas ocasiones, la falta de talento. En el Barça también hay mucho trabajo, sí, pero para vencer a tal grado de inspiración se necesita toda la fuerza de la que el Madrid sea capaz.

Otra cosa, ya que hablo de fútbol decir que hoy mi Juve fue eliminada de la Europa League por el Lech Poznan en un hermoso partido, no por el juego sino por la cancha cubierta de nieve. En el aire flotando como plumas los copos de nieve, balones rojos, nubes de vapor frente a los rostros cansados, exhaustos, de jugadores de fútbol profesional. Mañana, más partidos.