jueves, 20 de septiembre de 2007

Desde el patio de atrás (I Wanna Rock!!!)

Desde pequeño siempre me gustó la música. No bailar, solo escucharla, empezar a sentirla bien adentro y tararear un poco. En las fiestas infantiles de la época sonaban Sopa de Caracol y la Lambada y las niñas intentaban movimientos que después no dejaríamos de ver, pero tenemos ocho o nueve años y para nosotros es solo Luisa que mueve la panza y de pronto nos da un poco de risa y no más.
Para mi la música era algo muy importante, en mi casa mis papas escuchaba a Queen, a la Fania, a Camilo Sexto, a Pink Floyd y al Puma mientras en la calle aullaba algún cantante tropical de moda y yo, bien resguardado de todo sonido, empezaba a construir mi grupo musical. Éramos cuatro, mis dos mejores amigos y mi hermana, porque yo había visto que en todo grupo había una mujer y ella estaba por allí entonces… yo iba a ser la cabeza del proyecto, la voz, el bajista, el compositor. La guitarra la tocaría Andrés, la batería sería responsabilidad de Jhon y mi hermana Angélica haría los coros y las segundas voces. El nombre llegó fácil, casi sin darnos cuenta llamamos Always al grupo porque en el cuaderno de Coca-Cola donde escribía las letras la publicidad nos lo decía como un imperativo. Buscamos en el diccionario, Siempre, bonito nombre, a lo mejor nos dura y nos hacemos famosos pensábamos. Nos faltaban los instrumentos pero teníamos las letras. Todas eran estupidas, rimaban de una forma cruel, cuando cantaba parecía a un rapero de bus aunque con apenas menos ritmo.
Recuerdo que en mi casa tuvimos un reunión familiar y a mi se me ocurrió que sería genial debutar ante un publico numeroso, a mis compañeros de grupo no les gustó mucho la idea y no quisieron seguir ensayando. Les dije que no importaba, que al fin y al cabo era mi grupo, que yo podía hacer lo que quisiera por que ellos no sabía componer canciones y yo si. Mi hermana no dijo nada, no podía, no tenía donde huir. El día de la presentación se me olvidó la letra justo en la parte del coro, corrí a buscar en el cuaderno mientras mi hermana se retorcía de la risa y yo la miraba como diciéndole que me iba a vengar. Cuando regresé a la sala todos me decían que había estado increíble, que si todo lo había hecho solo, que que bonito y yo me limitaba a pedir más helado, cansado de tantas manos tocándome la cara, sobándome en la cabeza. Tal vez la vida de un cantante no sea tan buena después de todo, pensé entonces sin conocer a Jim Morrison ni a Jimi Hendrix, con tantas tías jalándome los cachetes y mi hermana muerta de la risa. Desde entonces, me dije, solo iba a escuchar y gritar a veces en la ducha o tomándome una cerveza bajando la sexta, I WANNA ROCK!!!! yeah…

Cosas de manos

La otra vez volvía mi casa en colectivo desde la U, iba escuchando música, creo que a Juana Molina, y leyendo uno de los cuentos de Cortázar. Eran cerca de las tres de la tarde y hacía un calor insoportable, las ventanas iban abiertas de par en par y las personas en el colectivo se abanicaban con lo que podían. Usualmente lo buses, cuando para frente a la universidad, esperan un largo rato hasta que se llenan, sin importar que causen un trancón impresionante, sin importar que alguien tenga una cita urgente. No, ellos solo esperan a que el colectivo se llene, aunque a veces no tienen éxito y arrancan llevándose al mundo por delante. En esta ocasión no pudo llenar el bus, solo habíamos unas cinco o seis personas hasta que se montaron los sordomudos. Un espectáculo, yo jamás había visto a dos sordomudos “hablando” tan animadamente. Escribo hablando por que eso era lo que hacían, y también se reían, con una pequeña risa de sordomudo que le dedicaban al otro. Se subieron cerca a la U y se sentaron en los asientos que dan de cara al pasillo, casi de frente y hablaban. No sé que tan imprudente fui, pero me quedé mirando sus manos, parecían mimos y no se callaban, siempre había un gesto más, un pequeño guiño o un chiste que solo ellos podían entender. Ante la animada charla Cortázar quedó de lado, siempre habrá tiempo para Cortázar una y otra vez, y ahora eran solo manos y Juana Molina, Juana Molina que cantaba algo como Ana en el cielo supo esperar años enteros a su mamá. No te quepa duda que un minuto en el cielo es una eternidad y que un segundo en la Tierra con tantas penurias puede ser más, u otra cosa, no puedo estar seguro, las manos hipnotizaban ya dije. Hablaban con seguridad, confiados en que nadie entendía los pormenores de su conversación y por un momento puedo decir que sentí envidia. Envidia de poder decir lo que quiera en público, sin preocuparme por consecuencias o por tildes, usando combinaciones de dedos que se escucharían como un “o sea” o un “parce". Me imaginé por un momento tener esa libertad, la de elevar las manos como si estuviera por hacer esa plegaria a un dios desconocido o mover los dedos como tejiendo las palabras. Los sordomudos, seguro tenían nombres comunes como Pedro y Juan, se bajaron juntos unos minutos más tarde. Me los imagine caminando despacio mirándose de lejos, hablando con sus manos diestras, diciéndose “viste a ese tipo que no dejaba de mirarnos”, riéndose con sus risas de sordomudo que a veces son como un gestos y otras apenas como un suspiro.



viernes, 14 de septiembre de 2007

Falling apart

1

Ayer hubo un terremoto en Indonesia. Hace menos de un mes tembló en Perú, en Pisco, murieron muchos. Hace menos de una semana hubo también un sismo de 6,2 Richter en un pueblo del pacifico nariñense, fue en la noche, yo estaba leyendo cuando todo se empezó a mover. El temblor no duró mucho, 45 segundos según estimaciones radiales, pero sí el tiempo suficiente para que una vecina saliera gritando y muchos se escondieran bajo los marcos de sus puertas. En cierto sentido mucha gente esperaba que nos tocara a nosotros, el temblor, lo esperábamos ansiosamente, uno pequeño para que apenas nos moviera los cimientos, uno como el del hace unos años, el que dañó los apartamentos de la novena y no pasó de 5 grados.


2

Ahora que lo pienso un poco, me da pena decirlo, me parece apropiado el remesón de hace unos días. Me explico, fue como somatizar lo que nos pasa por dentro. El país cayendo en pedazos por dentro y ahora también por fuera, de igual forma nosotros nos estábamos cayendo en pedazos y ahora… cuando pase el temblor, despiértame, no sé como los Soda podían dormir mientras la cama les bailaba.


3

Falling apart es una frase que siempre me ha gustado, caer en pedazos, como un espejo roto o una estante mal armado. Se cae en pedazos luego de querer mucho y descubrir que la otra persona se ha tomado todo como un juego o cuando pierdes algo que querías mucho (un amigo que pelea con vos, un iPod que te roban) o cuando pierde tu equipo favorito. Igual es necesario, es como descansar y tenés que dejar que te pase, ir al estadio a pesar de que el América no levante cabeza (aunque ahora parece que…), componer una copla para ese amigo esquivo, comprar un reproductor emepitri o volverte a enamorar. Es necesario cansarse para descansar, ahora me pasa, tengo unas ganas enormes de dejar de ser, de tirarme en una cama, de ver pasar el mundo a mi lado, solo En-Sof y Ayin como diría un rabino en Praga. Cansarme de querer como creí estarlo cuando terminé con Natilla para descubrir que no pasaba nada, para darme cuenta que con ella había descansado bastante, que ese terremoto que calcule en 9,5 grados no pasaba de ser un triste 3,5º Richter. Ahora, casi un mes sin ella (el 24 de este mes cumpliríamos tres años de estar juntos en un amor que fue como un mantra), pienso que talvez me estoy mintiendo, en que tal vez sería bueno volver con ella, cansarse para descansar… mejor me inscribo a un gimnasio.

Camera Obscura - Let's Get Out Of This Country

Dicen que los años ochenta han regresado, la década donde aún se creía que el betamax era lo ultimo en tecnología, donde los computadores eran un sueño para el tercer mundo, cuando presentaban la Laguna Azul con Broke Shields y las mujeres se peinaban como Alf el extraterrestre. La era de MacGyver ha vuelto encarnada no solo en lo osan llamar “moda retro” o “vintage”, a veces es simplemente postmodernismo aplicado, sino en la dulce y melancólica voz de Tracyanne Campbell, la cantante y líder del grupo escocés Camera Obscura.

Es difícil hablar de una década en la que apenas estaba aprendiendo a leer, de la que solo recuerdo a mis padres escuchando a Queen y Rolling Stones, al Grupo Niche y a Héctor Lavoe. Difícil, repito, decir que los ochenta me suenen a Camera Obscura, a guitarras suaves, a pop acústico y sencillo sin ganas de ser ABBA o cantar con el romanticismo afectado de Yuri; apenas la dulce voz de Tracyanne mirándonos como si no estuviera ahora, como si fuera el espejismo de sus ojos azules, como si en el fondo se escuchara el ruido de un casete mal grabado.

Los Camera Obscura como la precisa irrupción de una década donde todo era solo un poco diferente. Los críticos modernos suelen ver a este tipo de bandas como un simple producto de reciclaje, músicos que repiten formulas que en otro tiempo fueron un éxito. Críticos cuyo lema es “No hay nada bueno en lo nuevo y nada nuevo en lo bueno” Para ellos no hay ninguna propuesta “novedosa” que no se haya hecha ya, el pasado existe y es más grande que el futuro. La única diferencia, el único pie de página en la historia, es que Camera Obscura no pertenece a nuestro tiempo, cantan como si estuvieran parados sobre el muro de Berlín.

I can see that you are leading her on
I think I know what you are
I can see that you are leading her on
Yeah I know what you are
You can’t see that you’re just the same
as all the stupid people you hate
I’m not saying I’m free from blame
because I need all the friends I can get

Camera Obscura debutó en el mundo musical en 2001 con el álbum “Biggest Bluest Hi Fi”, donde le declaraban su profundo amor a un pasado que desde lejos se ve mejor dedicándole canciones como ‘Eighties Fan’ y ‘Happy New Year’. En el 2003 publican "Underachievers Please Try Harder" donde siguen mirando veinte años atrás, donde se empiezan a desligar de las comparaciones con otros grupos como Belle and Sebastian. El golpe de gracia lo propinaron el año pasado al ofrecernos su tercer disco de estudio titulado “Let’s Get Out Of This Country”, disco que fuera catalogado como uno de los mejores del año pasado, disco que los alejó aún más en el tiempo ya que ahora sus referentes se encuentran en los sesenta y los setenta. Es como si nos despertáramos de un coma profundo que nos mantuvo vivos y entre paréntesis por veinte años, despertar y darnos cuenta que las cosas no han cambiado mucho.

Hay un álbum de Nico, la “Femme Fatale” de Velvet Underground, que data de 1985 y se llama Camera Obscura, no sería de “critico” decir que los de Glasgow tomaron su nombre de allí, como ya han tomado la música de esta década cantándola como si no hubieran pasado 20 años, como si todavía estuviéramos pequeños y en televisión presentaran aún Mazinger Z y Meteoro, como si el Atari nunca hubiera perdido su batalla a dos dimensiones frente a la 360 o al Wii. Nos levantamos temprano en la mañana y si, el bus nos espera para irnos a estudiar.

Did you know I could be a lot of fun
I'm aware that friendship can die young
As the glow from the street light bled
Down the Langlands Road
we set off the best of friends
I know where I stand
I don't need you to hold my hand

Si este disco fuera un momento…: Estar en un parque, recostados sobre un pasto húmedo que ya empieza a picar en el cuello, de cara al sol de las cinco de la tarde. Luego mirar al lado, entre la luz que ya es naranja mirarla a los ojos y decirle cualquier cosa, hacer que te mire con esa cara de felicidad que solo una mujer puede tener. Luego un beso, uno que dure tanto como cualquier canción.

Dato para los que leen poemas: Camera Obscura participó tocando para un especial en vivo de John Peel sobre el poeta Robert Burns. Durante el directo musicalizaron varios de lo poemas del escritor, entre ellos ‘A Fond Kiss’ y ‘O' that I were where Helen lies’. Burns es considerado como el poeta nacional de Escocia.

De Baricco en OCÉANO MAR

Inmenso el Baricco de Océano Mar, inmenso el Baricco de City, Inmenso el de Seda, Inmenso el de Novecento. Inmensísimo el que lee City con música de Air de fondo, como un susurro mientras camino a casa pensando en todo lo feliz que se puede ser cuando te regalan una sonrisa apenas justa. Inmenso, todo, inmenso y feliz, sonrisa, una posada, Almayer, suspirar…

Pág. 32

“No sé. Las cosas más extrañas. Pero no es miedo, no es exactamente miedo… es un poco distinto… el miedo viene desde afuera, yo esto lo he entendido, tú estás allí y el miedo te llega encima, estás tú y está él… es así… está él y yo también estoy, y en cambio lo que me pasa a mí es que de improviso yo ya no estoy, está sólo él… que sin embargo no es miedo… no sé qué es, ¿lo sabe usted?”


Pág. 138 – 139

No hay balsa, no hay hombres, no hay palabras, no hay sentimientos, ni gestos, nada. Sólo hay mar. Todas las cosas se han vuelto mar. Nosotros abandonados por la tierra nos hemos vuelto el vientre del mar, y el vientre del mar es nosotros, y en nosotros respira y vive. Yo lo miro mientras baila en su manto reluciente para la alegría de sus propios ojos invisibles y finalmente sé que esta no es la derrota de ningún hombre, ya que solo es el triunfo del mar, todo esto, y la gloria suya, y entonces, entonces HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA A ÉL, océano mar, poderoso sobre todo poder y maravilloso sobre toda maravilla, HOSANNA Y GLORIA A ÉL, dueño y siervo, víctima y verdugo, HOSANNA, la tierra se inclina a su paso y lame con labios perfumados el borde de su manto, él, SANTO, SANTO, SANTO, regazo de cada recién nacido, vientre de cada muerte, HOSANNA Y GLORIA A ÉL, señor del tiempo y dueño de las noches, el único y el solo, HOSANNA porque suyo es el horizonte y vertiginoso su regazo, profundo e insondable, y GLORIA, GLORIA, GLORIA en las alturas porque no hay cielo que no se refleje y no se pierda en ÉL, y no hay tierra que no se rinda a ÉL, ÉL, invencible, ÉL, esposo predilecto de la luna y padre afectuoso de las gentiles mareas, ante ÉL se inclinen los hombres todos y levanten el canto de HOSANNA Y DE GLORIA porque él está dentro de ellos, y en ellos crece, y ellos viven y mueren en ÉL, y ÉL es para ellos el secreto y la meta y la verdad y la condenación y la salvación y el camino único hacia la eternidad, y así es, y así seguirá siendo, hasta el fin de los días, que será el fin del mar, si el mar tendrá fin, ÉL, el Santo, el Único y el Solo, el Mar Océano, para ÉL HOSANNA y GLORIA hasta el fin de los siglos. AMÉN.
Amén.

Pág. 175

¿Cómo se hace? Cómo se lo dices, a una mujer así, lo que tienes que decirle, con sus manos sobre tu cuerpo y su piel, la piel, no se le puede hablar de muerte a justamente a ella, como se lo dices a una jovencita así, lo que ella sabe y que sin embargo tendrá que escuchar, las palabras, una tras otra, que aunque las sepa las tiene que escuchar, tarde o temprano alguien tiene que decirlas y tú escucharlas, ella, escucharlas, aquella jovencita que dice

- Tienes unos ojos que nunca te he visto.

Y luego

- Si solamente tú lo quisieras, podrías salvarte.

Cómo se lo dices, a una mujer así, que tu quisieras salvarte, y más aún quisieras salvarla a ella contigo, y no hacer otra cosa que salvarla, y salvarte, toda una vida, pero no se puede, cada uno tiene que hacer su viaje y en los brazos de una mujer uno no termina por andar caminos torcidos, que ni siquiera tú entiendes mucho, y en el momento justo no lo puedes contar, no tienes las palabras para hacerlo, palabras que convengan, allí, entre aquellos besos y sobre la piel, palabras justas, no existen, aunque las busques en lo que eres y en lo que has oído, no las encuentras, siempre tienen una música equivocada, es la música que les falta, allí, entre aquellos besos y sobre la piel, es una cuestión de música.


Pág. 183 – 184

-¿Sabe una cosa? Yo habría dicho que los admirantes estaban en el mar…

-Yo también habría dicho que los curas estaban en las iglesias.

-Oh, bueno, usted sabe, Dios esta en todas partes…

-El mar también, Padre. El mar también.


Pág. 200

Es una locura pensar

que usted estaba escuchando

ese día

realmente

escuchándome

a mí.

Uno reza

para no quedarse solo

uno reza

para engañar la espera,

ni siquiera se sueña que

Dios

a Dios

le guste escuchar






viernes, 7 de septiembre de 2007

Desde el patio de atrás (Lo que quería ser cuando grande)

Me acuerdo que cuando tenía poco más de siete años solía jugar con mi mejor amigo de la época (los tiempos y las personas cambian) a los científicos locos (!!!) A mi también, justo ahora, me sorprende que jugar al científico loco fuera una de mis pasiones en la época del racionamiento eléctrico del presidente César Gaviria. Tal vez, viéndolo desde donde lo veo, a casi quince años de distancia, eso diga más de mí que cualquier cosa, más que cualquier examen genético o de ADN.
Jugaba con mí siempre aliado compañero científico loco a la dominación mundial, o para ser más precisos, a los preliminares de tal hazaña. Los preparativos consistían en desarrollar una bacteria mortal, tipo Twelve Monkeys pero sin viajes al pasado, y dar el ultimátum a la ONU o a los Estados Unidos, muy divertido todo, muy secreto todo. Los únicos que jugábamos éramos los dos, todo estaba envuelto en una especie de misterio, incluso teníamos un tubo de ensayo donde, gracias a nuestra prolija imaginación, conservaríamos la bacteria que nos llevaría a la control del orbe.
La confirmación de todo vino un día en clase, creo que estaba en tercero o cuarto de primaria y la profesora, seguro que era una ella, nos preguntó a todos y cada uno que queríamos ser cuando grandes. La pregunta trajo multitudes de doctores, arquitectos, astronautas y un solo, único y feliz científico loco. Me sentí bien, creo, al revelar mi identidad secreta y mis planes para el dominio mundial. Que todos miraran un poco asombrados, hasta los astronautas que deberían preocuparse más por la Luna o Saturno, fue aún mejor. La profesora no dijo nada, la profesora dejó de preguntar y nos dejó tarea de matemáticas para la próxima clase.
También intenté construir un robot, ya que como científico loco que iba a ser, debía manejar varias ramas de la ciencia. Busqué entonces entre las herramientas de mi papá y saqué varias tuercas y tornillos para construir lo que sería mi más grande invento. Recuerdo que construirlo fue especialmente fácil, juntar las tuercas y tornillos, darle una forma vagamente humana, casi como si lo moldeara con barro. Lo último, lo difícil, era darle vida, busqué entre las herramientas de mi papá todavía regadas en el piso y encontré un enchufe y cables. No me es difícil imaginar mi cara de alegría, la electricidad de seguro le daría vida a mí invención. Rápidamente los instalé en mi humanoide y lo conecté a un toma, como el doctor Frankestein pude gritar “está vivo, está vivo” mientras el monstruo se levantaba y daba sus primeros y torpes pasos en medio de rayos y centellas de una tormenta de novela victoriana… aunque en realidad no había energía eléctrica en ese momento. Gracias al presidente Gaviria y los apagones, algunas mañanas, algunas tardes y algunas noches en la Colombia de 1992 se pasaban jugando rayuela o leyendo cuentos. Me acuerdo que ese día le mostré a mi mamá el invento, le enseñé como el robot era pieza clave en la estrategia de dominación y el sistema que lo proveía de energía. Me acuerdo, y ahora ella me lo recuerda, que me quitó a mi autómata y me explicó los peligros de la electricidad, recuerdo que la odie por eso solo un momento, hasta que fue hora de salir y jugar, la bacteria todavía no estaba lista, debía ir donde mi compañero científico loco para arreglar las cosas, la conquista del mundo estaba tan cerca…

Otro extracto sobre cine en “mi diario”

160306

…El Colombiano quiere ir a la muestra de cine de Cartagena pero tiene que ir a la biblioteca y Lina lo entiende pero entonces El Colombiano la acompaña, y le dice que si algo le cae y se va para el auditorio cinco para ver algo que resulta ser horrible y huye. Va a donde debería haber estado antes e investiga, se encuentra con Alejandro, ese que era su mejor amigo en el colegio, regresa a la cinemateca para verse los decálogos de Krzysztof Kieslowski que resultan ser buenísimos y mega reflexivos noaptosparamenoresde18añosycristrianosirredentosoenprocesodebeatificación, el primero Amaras a Dios Sobre Todas las Cosas es increíblemente bueno trata de un niño y su padre y el hombre representado en la tecnología y lo tangible del mundo y entonces el niño es como genio, piensa El Colombiano, es como superdotado y viven en una casa de hombres rodeada de tecnología de punta y donde está Dios entonces en sus vidas, pero el niño quiere hacer el catequismo y el papá bueno si lo quiere que lo haga, sigue pensando El Colombiano, y todo es bueno en la vida de los dos hombres y entonces el niño que espera la llamada de su madre que vive en otro país y el papá que le adelanta el regalo de navidad, patines para hielo, pero antes una prueba y verifica con herramientas de los hombres la fuerza del hielo y un ensayo con la formula de la presión y luego caminar sobre el hielo y todo esta bien hijo, puedes patinar si quieres, porque el niño quería, pero al otro día algo pasa, un señora lo llama y parece que el hielo del lago se derritió o algo parecido, por eso las ambulancias y los carros de bomberos pero el está seguro de haberlo hecho bien, de haber calculado, de haber usado la formula correcta, entonces que esta mal, por que su hijo no esta con él, y de pronto otro niño que es amigo de su hijo y la respuesta a esa pregunta que no quería hacerse, y si Alex estaba patinando y el mundo que se desploma y solo queda correr a la iglesia para descubrir que la agua bendita está congelada y hielo por doquier y entonces por que mi hijo pero no lo dice pero El Colombiano lo intuye y si, porqué querer a un Dios en el cielo que permite eso, capricho divino demostrarle a un hombre todo su poder matando a su hijo, todo esto dicho sin decirlo y mil cosas más en el aire y no hay tiempo para pensar porque inicia el segundo decálogo que se llama No Jurar su Santo Nombre en Vano, la historia de un doctor y un paciente y la esposa de ese paciente y el amante de esa esposa, y como mentir sí salva, porque mintiéndole a la esposa salva dos vidas, y entonces por que es pecado y por que es un mandamiento y todo eso, el paciente esta al borde de la muerte y la esposa quiere saber si sobrevivirá porque espera el hijo de otro hombre y entonces si sobrevive tiene que abortar y sino se va con el amante, al final la palabra del medico salva al bebe en camino y eso le da fuerza al moribundo y se salva y cree que el bebe es suyo y todo esta bien aunque se haya roto otro mandamiento.

Extracto sobre cine en “mi diario”

150306

…y todo bien vamonos a ver la película y El Colombiano trata de alargar el momento de la partida porque le ha dicho a Camila que vayan a vérsela y ella le había dicho que sí, si iba con él, pero ahora no baja, todos se van y El Colombiano parte con ellos dejándola atrás pero sabiendo que de seguro ni se acordaba de la pelí que resulto ser bastante buena Flores Rotas o Broken Flowers de Jim Jarmusch y que contaba la vida de un tipo al que todo le pasaba por encima y también era con la súper nena que había visto el otro día Julie Delpy y con el mismo de Lost in Translation Bill Murray que en está película interpretaba a un ex Donjuán llamado Don Johnston al que lo abandonaba una de sus novias y el no le daba mucha importancia, aunque la quería mucho y todo eso pero en el piso una carta de sobre y papel rosa con letras rojas y entonces su amigo y motor lo empuja a que busque a su hijo, porque la carta esa dice que tiene un hijo y la posibilidad de una vida, porque lo tiene todo pero no, algo falta y lo sale a buscar, pero no sabe o no quiere saber si quiere una vida y se siente perdido cuando regresa a casa y todo sigue como antes, incluso la chica que lo ha dejado quiere volver con él pero ya no es lo mismo, al menos ya no siente igual porque no está solo y después de todo su vida no se ha ido al caneca y se puede sentir feliz y todo eso porque en la calle encuentra a un joven que podría ser su hijo y lo es por unos minutos y el joven huye porque Bill Murray sugiere ser su padre y todo se complica y gira cuando ve a otro joven en un carro que se asemeja a él y la cámara se mueve alrededor de su cabeza y entonces de verdad su vida si está trastornada. Luego de la película El Colombiano sale de cine y enciende un Marlboro azul…

Disclaimer
Este “extracto” pertenece a un diario que empecé a escribir hace como año y medio, me disculpo por la escritura, casi sin puntos, casi sin oraciones, pero en ese momento era una especie de imperativo… sobra decir que el que les escribe ahora es El Colombiano. Otra cosa, por que subir vainas tan viejas al blog, por qué no haberlas subido justo después de escribirlas, ¿porqué? ¿porqué? hummm because…

El hombre que vivía cinco minutos en el futuro

Intermission
En esta ocasión un “mini cuento” de uno de mis escritores preferidos de todos los tiempos, el gigantesco Rodrigo Fresán. Este letras las deja escapar en el primer cuento-capitulo de La velocidad de las cosas, ojala quien lo lea le pique un poco el bichito de la curiosidad y lea el libro completo, no se lee en cinco minutos pero el tiempo se te va a pasar volando…

Había una vez un hombre que vivía cinco minutos en el futuro. Cinco minutos y nada más que cinco minutos adelantado en relación al resto de los vientos y de los amaneceres, de las personas y de los animales de este planeta.
No es que semejante don le sirviera demasiado. No podía, por ejemplo, ganar fortunas en las carreras de caballos ni en la lotería. Tampoco hacerse rico iluminando profecías importantes. Cinco minutos eran muy poco tiempo.
Apenas lo suficiente para saber que en cinco minutos iba a empezar a llover; que su insoportable primo golpearía a la puerta y el tiempo justo para apagar todas las luces; que el asesino era éste y no aquél en esa novela policial o en esa película; que ella iba a llamar por teléfono para regalarle o mentirle aquello que esperaba desde hacía mucho más que cinco minutos.
Contar cinco veces hasta sesenta. Contar hasta trescientos. Contar despacio como si se contaran postes de electricidad en el camino, autos, latidos de corazón, golpes.
El día en que el hombre que vivía cinco minutos en el futuro salió a la calle gritando que el mundo había llegado a su fin nadie le creyó, claro; pero tampoco tuvieron demasiado tiempo para reírse del hombre que vivía cinco minutos en el futuro.