jueves, 20 de septiembre de 2007

Desde el patio de atrás (I Wanna Rock!!!)

Desde pequeño siempre me gustó la música. No bailar, solo escucharla, empezar a sentirla bien adentro y tararear un poco. En las fiestas infantiles de la época sonaban Sopa de Caracol y la Lambada y las niñas intentaban movimientos que después no dejaríamos de ver, pero tenemos ocho o nueve años y para nosotros es solo Luisa que mueve la panza y de pronto nos da un poco de risa y no más.
Para mi la música era algo muy importante, en mi casa mis papas escuchaba a Queen, a la Fania, a Camilo Sexto, a Pink Floyd y al Puma mientras en la calle aullaba algún cantante tropical de moda y yo, bien resguardado de todo sonido, empezaba a construir mi grupo musical. Éramos cuatro, mis dos mejores amigos y mi hermana, porque yo había visto que en todo grupo había una mujer y ella estaba por allí entonces… yo iba a ser la cabeza del proyecto, la voz, el bajista, el compositor. La guitarra la tocaría Andrés, la batería sería responsabilidad de Jhon y mi hermana Angélica haría los coros y las segundas voces. El nombre llegó fácil, casi sin darnos cuenta llamamos Always al grupo porque en el cuaderno de Coca-Cola donde escribía las letras la publicidad nos lo decía como un imperativo. Buscamos en el diccionario, Siempre, bonito nombre, a lo mejor nos dura y nos hacemos famosos pensábamos. Nos faltaban los instrumentos pero teníamos las letras. Todas eran estupidas, rimaban de una forma cruel, cuando cantaba parecía a un rapero de bus aunque con apenas menos ritmo.
Recuerdo que en mi casa tuvimos un reunión familiar y a mi se me ocurrió que sería genial debutar ante un publico numeroso, a mis compañeros de grupo no les gustó mucho la idea y no quisieron seguir ensayando. Les dije que no importaba, que al fin y al cabo era mi grupo, que yo podía hacer lo que quisiera por que ellos no sabía componer canciones y yo si. Mi hermana no dijo nada, no podía, no tenía donde huir. El día de la presentación se me olvidó la letra justo en la parte del coro, corrí a buscar en el cuaderno mientras mi hermana se retorcía de la risa y yo la miraba como diciéndole que me iba a vengar. Cuando regresé a la sala todos me decían que había estado increíble, que si todo lo había hecho solo, que que bonito y yo me limitaba a pedir más helado, cansado de tantas manos tocándome la cara, sobándome en la cabeza. Tal vez la vida de un cantante no sea tan buena después de todo, pensé entonces sin conocer a Jim Morrison ni a Jimi Hendrix, con tantas tías jalándome los cachetes y mi hermana muerta de la risa. Desde entonces, me dije, solo iba a escuchar y gritar a veces en la ducha o tomándome una cerveza bajando la sexta, I WANNA ROCK!!!! yeah…

No hay comentarios: