sábado, 18 de agosto de 2012

Vigésimo sexto día

Primer día de vacaciones. Tenía que pasar algo así, extraordinario, que me empujara a escribir de nuevo. Pues sí, aquí estoy. Hay tanto que decir y todo el espacio del mundo. Estos meses en los que dejé de lado el blog han sucedido cosas dignas de mención. Releo lo escrito antes, lo de mayo o enero, y recuerdo que estos días se escribían en tercera persona. Entonces El Caleño se dice una vez más: primer día de vacaciones. Tenía que pasar algo así, extraordinario, que lo empujara a escribir de nuevo. Pues sí, aquí está. Quisiera hablar de todo, El Caleño, pero prefiere ahora hablar del presente. Habrá tiempo para ir recordando el pasado, dice. Las cosas que sucedieron en estos últimos meses y que no registró por escrito. Habrá tiempo, se repite El Caleño, para ir acostumbrando los dedos una vez más, a escribir en este teclado de nuevo, a que no todo sean noticias. En la tarde El Caleño verá jugar al América y más tarde irá al Petronio Álvarez, mientras está en eso llamará a A para escuchar esa voz hermosa e imaginar junto a él a la dueña de esos ojitos verdes. 
Sí, el día de El Caleño será perfecto.