lunes, 12 de noviembre de 2007

¡Los que vamos a ir!

Que se puede decir después de darte cuenta que un momento de tu vida que creías que nunca se iba a dar, que era vivido como sueño pero que en la vida real dabas por descontado que no sucedería jamás pasara. Algo como encontrarte a Carolina Cruz en una rumba y que te conteste a todo lo que le propones con un si gigante o ver a Colombia en la final de un mundial humillando a Alemania o a Brasil o a Francia.
Bien, el hecho es que esto no tiene que ver con ninguna fantasía sexual o futbolística, es una fantasía musical esperada, imaginada, deseada, soñada por decenas de miles de personas en todo este país y es… una de las bandas más grandes de la historia del Heavy Metal, la fundadora de la denominada New Wave of British Heavy Metal… es, ya sin tanto preámbulo que se vuelve tan aburrido, Iron Maiden. Primero, entonces, hago un recuento histórico y justo a continuación un resumen de los hechos del pasado viernes. El año pasado apenas existía un rumor, se decía que Maiden venía a Colombia, un locutor con problemas de obesidad anunciaba el tan esperado concierto con más de un año de anterioridad y muchos no creían que tanta maravilla fuese cierta y, claro, en ese diciembre de 2006 se veía muy lejano el 28 de febrero de 2008.
Apenas un mes atrás, hablo de este octubre, creí darme cuenta de la magnitud del acontecimiento, mis amigos hablaban de la reedición del World Slavery Tour de 1985, que la lista de canciones iba a ser igual a la del DVD Live After Death, que se iba a traer toda la escenografía egipcia del Powerslave e incluso que habría un Eddie gigante con vendajes de momia. La venta de las 50.000 boletas también entrañaba algo de misticismo, justo dos minutos antes de la media noche, como en la canción, empezaban a comercializarse a través de tuboleta.com. La compra de entradas fue prácticamente masiva, de las 6.000 boletas platino que salieron a la venta no quedaba ni una al mediodía siguiente y a las 4:0o de la tarde solo restaban unas 2.000 boletas de general por venderse.



A pesar de todo lo que esperamos, a pesar de imaginarnos el concierto tantos años atrás puedo decir que apenas comprendía la magnitud del evento, el tamaño de la visita del próximo febrero. Ver a Maiden para esta generación, y para la que ya pasó y para la que viene, es como si Jesús volviera a predicar, pero sólo por un día y para contadas personas, en el Monte de los Olivos. Este viernes, cuando al fin tuve la boleta en la mano y ni siquiera así, sólo cuando estuve sentado en la universidad, hablando con dos amigas, diciéndonos que esto era historia como cuando vino, ese noviembre, Guns’n’Roses, y mientras tocaban November Rain el cielo de Bogotá le hacía caso, o como cuando éramos muy pequeños para ver a Metallica en el Campín. Maiden llega en el momento justo de nuestras vidas, como si fuera un punto y aparte, una fecha patria y día festivo.
En 2004 tocó en Cali Paul Di’Anno, ex vocalista de Iron Maiden, y creíamos que eso era lo más cercano que íbamos a estar de la banda inglesa, ver a un gordo con pinta de hardcoreto, rapeándonos Wratchild y Prowler. En ese momento la felicidad tenía esa cara, subdesarrollada por demás, que ahora es esto, ahora es esperar en el aeropuerto por Dickinson piloteando al avión de la banda… y por fin poder gritar ¡Los que fuimos a Maiden!






4 comentarios:

Diego Alejandro dijo...

Pues parafraseando a una amiga mia: "Yo no me imaginaba el tamaño de ese evento hasta el viernes".
Albewrt no me resta mas que desearle muchos exitos y mucha suerte en ese viaje. Que ojala Eddie con toda su energía lo invada de puro metal y se goce el concierto, que te quedes disfonico de tanto gritar Que chimba que viva el metal y que suene harto esa cancion que todos piden siempre pero que yo, como buen bruto, no recuerdo el nombre.
Solo ruegele al dios de su predileccion que pa esos dias ya hallamos acabado la tesis y no tenga que estar en el concierto leyendo copias.

Valentina dijo...

ese morocho con afro eres tu? !!!

Valentina dijo...

dreads yeah heah!

Anónimo dijo...

Todos los días, mientras estoy en la web, me apodero de las emisoras virtuales que suenan metal en sus frecuencias. Me puse a revisar este blog pa lo de Diego Gómez (malparido gordo cabrón, empalémoslo en la 16 con 50 de la cancha en la que ha hecho sufrir a tantos seguidores de los diablos)y me encuentro nuevamente con la imágen del live after death, tal vez la que fue la primera pasta que tuve de Maiden en mis manos, hace ya... como no sé cuántos años.
Leyendo el inmejorable artículo de mi queridísimo amigo el blogger me pregunté: ¿Qué estará escuchándo el buen Mantra en su gigantesca prótesis de oídos, o a veces de nuca y cuello?.
Recordé cuando me dijo que en su nueva memoria USB había hecho una compilación de las posibles canciones que Iron Maiden podría tocar. Y cuando iba bajando Suaz!!!! Bajo Fondo.
Definitivamente Iron Maiden es como dios: escuche lo que escuche, sea quien sea, haga lo que haga, a usted (cualquier hijuemadre llámese como se llame) le tiene que gustar.
Si no me cree mi hermano, leáse hasta memorizarlo, el comentario de Diego ("Que chimba y que viva el metal") -perrrrrrdon- - léase con los dedos indíce y corazón en su ojo con forma de monóculo-, o mejor le recuerdo el del gran filósofo Rasca (con el que fuiste a Lady Tron - o como se escriba-: "Uno no se puede negar a conocer otras cosas".
Bajo fondo y Iron Maiden... mmm no me suena. Espero que no vayas a meter en el mismo espacio que hablás tan bien de nuestro resucitado rojo, algo como: !Que chimba el Cali! o algo así. Tanto eclepticismo tampoco ole.

Nos vemos en Maiden Don Albert, siempre va a ser un gustazo estar con vos y con nuestros parceros. Blanca, César (con el que salí en una foto en la Rolling Stone el año pasado en el concierto de Slayer)... reconocidos en el bajo mundo (o mejor en el 'bajo fondo') por ser tus parners de azotada fuerte de baldoza.
Borrachera fija mi negro 'Dimmu Dembowgir'