lunes, 5 de noviembre de 2007

Se vino el agua

Está lloviendo a cantaros por todo el país y no puedo evitar pensar que es delicioso. Inmediatamente después de escribirlo siento remordimiento, me acuerdo de los damnificados en el Magdalena, los techos rotos en Bogotá, las inundaciones, los desbordamientos, el granizo, se cancela Rock al Parque todo el sábado y el sin numero de problemas que causa la lluvia cuando cae solo por la música de su caída.
Es delicioso a pesar de los remordimientos, y esto creo que ya lo dije aquí mismo, ver caer la lluvia y pararse debajo de ella, que te bañe, alguien diría que te lava los pecados pero a mi me da igual. Ahora mismo no llueve pero puedo imaginar como cada gota individual golpea mi frente y también como está iluminada en contraluz, porque de lo contrario es casi invisible, como se me moja la ropa y se me pega el pelo a la cara. Suena Singin’ in the rain y me parece increíble que a alguien se le ocurriera esa suerte de coreografía mientras llueve y los paraguas que ya no sirven para nada. Una vez me contaron que el actor que interpreta la canción en el momento de la grabación estaba ardiendo en fiebre pero que al encontrase en el set con una lluvia que era solo para él se lo pensó mejor y el resto fue cantar bajo esa lluvia… pienso ahora en que quizá, en la noche, va a llover y esto me desconcierta; usualmente me encantaría pero hoy cargo con periódicos y un libro con los cuentos completos de Kafka traducidos directamente de los textos originales y me parece que sería mejor buscar bolsas plásticas y resguardar todo cuanto se pueda “mojar”. Es curioso pero antes no me hubiera preocupado mucho lo que pudiera pasar, ahora parezco un viejito melindroso y se me hace extraño que no busque un paraguas para salir a la calle. No sé, a veces parece que el tiempo no pasa en vano. Tristemente.



P.d: La imagen que acompaña esta diatriba la saqué de un blog que me gusta bastante, se puede pillar en elanacoreta.blogspot.com

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