miércoles, 1 de diciembre de 2010

Everything is illuminated

Llegó diciembre, mi mes menos favorito. Si tuviera, si en mí hubiese algo parecido a un ranking de meses, diciembre ocuparía un merecidísimo decimosegundo lugar sin que en el ranking, obvio, enero ocupara el primer lugar o junio el sexto. Tal vez mi mes favorito es agosto. En agosto inician gran parte de las temporadas en el fútbol europeo, agosto se llama uno de mis libros favoritos de Rubem Fonseca y, además, agosto es el mes de las cometas. Agosto es un buen mes, hace calor pero también el viento sopla lo suficiente como para no sentirlo; se juegan los primeros partidos en Italia, España o Inglaterra, fichajes de último momento que se sienten torpes en la cancha, aún no se acostumbran pero más tarde, quizá en diciembre y bajo la nieve, volverán a ser la mejor versión de sí mismos; Agosto, Alberto Mattos, Salete, Alice, Getúlio Vargas, 1954.

La principal razón de mi, no odio, animadversión al feliz último mes del año se debe principalmente a mi cumpleaños. Como ya lo he dicho antes, mil veces, el treinta de diciembre no es una muy buena fecha para cumplir años. En fin, tampoco me gusta la Feria de Cali.

Como este es el primer post de este mes non grato, trataré de hacer un rápido resumen de cosas que pensé mencionar antes pero olvidé. El lunes pasado jugaron el Barcelona y el Real Madrid. Barcelona destruyó al Real Madrid por lo que yo, siempre pendiente de las causas de los “débiles”, me he hecho seguidor merengue. Nunca he sido hincha del fútbol español, de hecho mis únicos equipos europeos son la Juventus y el Tottenham Hotspur, pero quiero ser testigo de lo que se viene. El partido del lunes no sólo fue un partido, se hizo historia. Fue el momento final, el último escalón que necesitaba subir el Barcelona para ser considerado, ya lo es, el mejor equipo de la historia. Este partido, este resultado, también es un punto de partida para el Madrid, para el camino que tienen que recorrer hasta el próximo Clásico. Confío en Mourinho y quiero ver ese trabajo, para que nos demuestre a todos los impedidos que el trabajo duro compensa, en algunas ocasiones, la falta de talento. En el Barça también hay mucho trabajo, sí, pero para vencer a tal grado de inspiración se necesita toda la fuerza de la que el Madrid sea capaz.

Otra cosa, ya que hablo de fútbol decir que hoy mi Juve fue eliminada de la Europa League por el Lech Poznan en un hermoso partido, no por el juego sino por la cancha cubierta de nieve. En el aire flotando como plumas los copos de nieve, balones rojos, nubes de vapor frente a los rostros cansados, exhaustos, de jugadores de fútbol profesional. Mañana, más partidos.

1 comentario:

n.n dijo...

Ya te lo he dicho con un millón de vece, pero no me canso de repetirlo: ¡Grinch!