miércoles, 28 de julio de 2010

Trigésimo día

Falta un día. Un único día resta y todo se acaba, treinta y un días, un mes. Punto. No se atreve a llevarlo hasta treinta y dos, así como poca gente, la mejor, agenda sus citas para el veintinueve de febrero de un año impar. Falta una más, sí, y después será todo vacío como antes, aunque sin artificios, un vacío honesto y sin pretensiones, tal vez la única sea la de volver atrás unos minutos y leer un décimo día fechado el lunes dieciséis de marzo de 2009. En ese post viejo El Caleño de hace un año dice que hace calor y no es novedad ya que El Caleño de ahora, el que escribe esto, siente lo mismo. Continúa leyendo y habla de un domingo con N, viendo una película horrible con Will Smith, Soy leyenda, comiendo juntos crepes de fresa y malteadas de oreo. También, lee ahora, se da cuenta que fue ese el día en que N le dijo que en cuanto se graduara de la universidad viajaría a España, que estaba cansada de todo, que sentía le hacía falta algo grande en su vida. “El Caleño le dice que si en Cali no lo puede encontrar y ella le contesta que sí, que ya había encontrado una parte de lo que buscaba pero que la había perdido y no podía recuperarla ya. Ahora El Caleño la abraza y piensa en todo lo que la quiso, en todo lo que la quiere, en todo lo que no va a ser nunca más entre ellos. No es melancolía, ni tristeza lo que siente El Caleño, es alegría por saber que N tiene una certeza.”

Lee, repite, El Caleño de ahora. Piensa en si N se acordará de ese día. Lo duda, él tampoco recordaba. Sonríe entonces porque nada de esto estaba planeado, aunque generalmente cuando empieza a escribir un post se deja llevar por las letras a cualquier oscuro rincón, esperando que una frase lo saque del fondo del pozo ese donde se encuentra dando vueltas, buscando la punta del ovillo de lana que lo lleve afuera de ese laberinto para, entonces, volver a caer, perderse. Lo dice la presentación del blog, tal vez, cree ahora, nunca fue más sincero consigo mismo, más claro. Tropezar y caer sólo para levantarse, tropezar con la misma piedra y caer nuevamente, pero esta vez un poco diferente, quizá aprendiendo un poco al final de cuentas. Todo es aprender dijo alguien que sabía muchas más cosas que él, todo es empezar y el amor es todas las cosas aunque para él, para El Caleño hay pocos lugares para lo absoluto.

No sabe, tal vez aproveche que el lunes empieza agosto y se compre una cometa, para lanzarla al aire en esta, su ciudad de los vientos.


4 comentarios:

Diego Alejandro dijo...

Realmente, agosto este año comienza un domingo

n.n dijo...

si me acuerdo, siempre me acuerdo

Valentina dijo...

y N en espania ya encontro lo que buscaba? ya se dio cuanta de que sales del pais esperando que algo grande pase, y lo mas grande que pasa es quieres volver?

El Mantra dijo...

Hola Valentina, me alegra encontrarte de nuevo a vos que fuiste mi primera lectora y puedo decir que te extrañaba :D Respecto a N, no sé si encontró lo que buscaba pero me ha dicho que es feliz.