jueves, 15 de julio de 2010

Vigésimo séptimo día

Un non. Otro. Cosas que faltaron. Acaba de llegar del trabajo y se siente enfermo. Un vacío en la panza, mareo, sudor frío, típico malestar general. Si es gripa le durará tres semanas, como siempre. Cuando toma café caliente de Juan Valdez se fuma mínimo dos cigarrillos, uno mientras espera a que se enfríe un poco y el otro hasta que termine el tinto. Su jugo favorito es el de lulo, su helado favorito es el de capuccino. Desde que MC se fue a Bogotá le hace mucha falta, ella y los cafés del jueves, las cervezas donde don Heberth, una película. Tiene una piedra gris sobre el escritorio. Antes no tenía mucho sentido, la piedra, pero se vio Departures y le encontró un bonito significado. Tiene un barco de papel sobre el escritorio. Antes se los regalaba, también significaban algo, cada vez que se veían le daba uno de esos barcos que persiguen a las estrellas. Sobre su escritorio hay muchos papeles, los organiza pero vuelven, siempre se esconden y aparecen en el momento menos pensado. Son papeles de diferentes colores, de diferentes libretas, y están llenos de apuntes, su retorcida y minúscula letra, tachones con lápiz. Siempre escribe a lápiz, es mejor, dice; si quiero puedo borrar, dice. Hoy habló por primera vez con EF, vocal y consonante, nones y pares, beso y abrazo, vigésimo séptimo día.

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