viernes, 18 de junio de 2010

Vigésimo tercer día

La ciudad hoy se siente triste, dice. Las calles están vacías y la música no suena, es como si lloviera porque los caleños suelen esconderse de la lluvia. Todo en Cali se pone entre paréntesis cuando llueve, es un poco como si los caleños supieran que esa agua que cae les va a lavar las penas, esas mismas que ellos prefieren conjurar bailando y bebiendo aguardiente en atestadas discotecas de la avenida Sexta, en el bar de alguien llamado Heberth.

Hoy la ciudad se siente triste porque hay Ley Seca, el domingo se elige Presidente, los bares no abren y los caleños no salen a las calles, como si lloviera. A él, a El Caleño, no le gusta bailar, aunque a veces se da la ocasión y la persona, y sí, prefiere la lluvia, verla caer aunque ahora use un paraguas para proteger pelo y cigarrillos, tan dados a estropearse bajo la influencia de tormentas tropicales. Los últimos días le han parecido a El Caleño infinitamente vacíos y el pecho se le oprime, como si le hiciera falta algo que perdió hace mucho y recién se diera cuenta. Levedad y peso. Ya no toma café frío en la noche porque le produce insomnio y se queda dándole vueltas a los mismos pensamientos vagos de siempre durante la madrugada hasta que se duerme, eso cree, y estos se funden con sueños que en pocas ocasiones recuerda aunque últimamente le dejan una especie de malestar, la boca amarga y ganas de cerrar los ojos. Mañana se va a encontrar con JL, el sobrino y BV en la terraza para hablar hasta que amanezca, tomando tequila y fumando Lucky Strike, los cigarrillos compartidos saben mejor, esperando la tarde para salir a votar en un último acto de ciega esperanza a favor de Mockus. Pero Santos va a ganar, y no será sólo un mal sueño, tampoco habrá lluvia suficiente que limpie la sangre de las calles y los caleños se terminarán acostumbrando a la lluvia y a la sangre y ya nada más les impedirá bailar hasta que, en 2012, el mundo por fin acabe tal y como lo predijo Elliot, no con una explosión sino con un sollozo.


2 comentarios:

Diego Alejandro dijo...

"Que el mundo fue y será una porquería ya lo se, en el quinientos seis y en el dosmil también... que siempre ha habido chorros maquiavelos y estafados contentos y amargados varones y doblés... pero que el siglo XX es un despliege de maldad insolente ya no hay quien lo niegue"... Se une al tango compañero?

n.n dijo...

ganó Santos :'(