martes, 5 de enero de 2010

Stop, sea ahead

Otra vez enfermo y esto ya se ha convertido en una desagradable costumbre. C me dijo que tal vez era hipocondríaco, que casi siempre que nos veíamos estaba enfermo y pues… últimamente me he enfermado al menos un día, sólo un día, por mes aunque en esta semana ya me pasó lo mismo dos veces. Será tiempo al fin de visitar a un médico, me pregunto y me respondo que para ibuprofeno estamos buenos, que eso lo puedo comprar en cualquier droguería pero los síntomas se agravan y ayer me costó mucho salir de la cama, levantarme siquiera. Más que eso me costó el mar que esperaba desde hacía mucho, me costó llamar a MC y decirle que a pesar de mi insistencia previa ya no podía ir. El viaje estaba previsto para ayer y, si todo salía según lo planeado, luego de unas seis horas de viaje en bus, lancha, tractor y a pie entre la manigua llegaría La Barra, pueblo del Valle del Cauca enclavado a pocos metros del océano Pacífico. Ya en La Barra, y como si respondiera a algún llamado sobrenatural, correría hasta el mar y me pararía al borde mismo, en su frontera, para mojarme los dedos de la mano. Después, simple espectador, me dedicaría a leer por horas frente a él. Una necesidad es ahora el mar, está en las canciones y en los libros, como ese de Baricco con posada frente a él, cada vez que cierre los ojos o respire profundo, todo olerá a mar y será mar. Continuará así por un tiempo, otra obsesión saludable.



No hay comentarios: