jueves, 18 de junio de 2009

Una Polaroid

Una sencilla fotografía tomada en Escocia o en una estepa rusa en la imposibilidad de la edad media o a finales del siglo XX. Un perro o un lobo color niebla en una polaroid con pocos tonos y la súbita comprensión de que algo tan sencillo pueda hacernos sentir tanto. Sólo un perro o un lobo color niebla en el centro de una fotografía, donde se adivina también un arbusto y más atrás unos árboles casi negros. Esta polaroid tomada por Andrei Tarkoski, el maestro de la poesía hecha imagen, puede parecer muda en su simpleza de pocos elementos en escena, de casi blanco y negro siendo color, pero basta ese lenguaje de señas para que nos hagamos a la idea. Una fotografía atemporal y ubicua. Un poco como ese fantasma de la electricidad aullando en los huesos de su rostro, un inabarcable, una visión del mundo, una imagen que viene de muy atrás tan brumosa como esos árboles, como el perro o lobo que espera en el centro.