domingo, 19 de abril de 2009

Decimoctavo día

180409

Ayer fue un día particularmente malo para El Caleño. Las cosas empezaron mal con un par de resultados futbolísticos que no le agradaron y se acabaron de ir al traste cuando L le dijo que era mejor que no se vieran ese día, para evitar que se hicieran daño. Últimamente L ha sido la única constante en la vida de El Caleño. La ha buscado y ha tratado de hacerla feliz, de ser parte de todo lo que ella es, pero L, aunque dice que lo quiere, sigue dejando las cosas de lado. No sería justo que El Caleño siguiera gritando las cosas al mundo antes de hablarlas con ella, que siguiera hablando solo como la ha venido haciendo. Primero tienen que hablar.

Se supone que cuando las cosas están mal sólo pueden empeorar y todo indicaba que el día caía por una humeante sima. La Juve juega frente al Inter en Turín y El Caleño tiene una apuesta con FV. Minuto sesenta y gol del Inter, inmediatamente FV se hace notar con un sms, poco tiempo después expulsan a un jugador de la Juve y todo se hace negro hasta que en el minuto 92, justo al instante después que El Caleño reconociera por sms la derrota, Grygera, uno de los laterales de la Juve, marca de cabeza para que todo quede igualado. Se salva el dinero de la apuesta y el honor de toda una ciudad, punto para El Caleño.

Más tarde habla con C y ella le dice un par de cosas reconfortantes, El Caleño le dice que uno de estos días, tal vez el miércoles, la visitará en su nueva casa y le llevará los regalos de cumpleaños que no le ha entregado. Después se ve una película de Steven Seagal, que en español han titulado “infierno bajo tierra” sin ser una peli de zombis, y la actuación lo ha alegrado un poco, ver al inexpresivo Seagal tratando, y logrando, conquistar a una mujer con sus modales de caballero sureño, peleando con todos sin despeinarse y sin recibir siquiera una herida. Al final Steven gana, se lleva a la chica y la justicia llega al mundo.

En la noche El Caleño busca su roca y N está allí, aunque se va de fiesta a la casa de una amiga. N, que lo conoce bien, le dice que vayan juntos, que ella sabe que sólo la busca cuando necesita hablar y que eso lo pueden hacer tomando cerveza. La reunión fue buena para El Caleño, a pesar de que la gran mayoría eran ingenieros industriales, y pudo ver y hablar con personas que no veía desde que era el novio de N. La noche se pasa rápido y regresan juntos a su casa. Cuando se acostaron siguieron hablando, El Caleño siguió hablando, hasta que ella posó delicadamente su mano en la boca de él y le dijo, le suplicó, que la dejara dormir.

PD: el de la foto es mi primo Connor Barrett, alejándose de la cámara.

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