martes, 22 de febrero de 2011

Noveno día

Luego de días de abandono El Caleño retoma un poco el ritmo y escribe lo primero que se le viene a la cabeza. Esto. Después de una semana de días iguales mañana las cosa le cambia un poco, el trabajo se transforma. Le encantaría hacer un resumen pero, periódico de ayer, su cerebro últimamente retiene sólo titulares recientes. En la mañana vio a un perro que esperaba adentro de una estación del MÍO y parecía como si ese fuera su lugar en el mundo, como si no hubiera otro sitio en el que pudiese descansar. El perro en la estación, titular. En la noche, antes de salir del trabajo compró su helado favorito, Mocaccino, y ante su limitada pericia de siempre para comer helado, ya se había untado la cara, optó por regresar a la oficina a buscar su paraguas. Siempre se está mejor con un paraguas a la mano.

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