jueves, 18 de marzo de 2010

Segundo día

Y fueron las películas. Si, se había prometido escribir con mayor frecuencia y entusiasmo pero desde el principio sabía que era mentira. El Caleño, débil como es, se deja tentar por el séptimo arte y abandona obligaciones, pospone encuentros y obvia inmensas responsabilidades, como enredarse el pelo. Y si, las películas. El Caleño desearía hablar largo y corrido de las que se vio en los últimos días pero son varias y el tiempo apremia. Rec 2 se la quería ver hace mucho, casi desde que supo que iba a haber secuela y que esta iniciaría en el punto preciso donde la anterior había concluido. Las películas de zombis siempre han sido de las favoritas de El Caleño, por la sangre falsa y lo falso en los gritos, y ha visto con agrado que en los últimos tiempos los descendientes de Romero se han tomado las cosas un poco más en serio y han tratado de innovar. La muy buena Zombieland trata de mostrar el “paraíso postapocalíptico” en el que se convertiría la tierra con pocos humanos, con Bill Murray disfrazado de zombi y una saludable obsesión por los twinkies. Rec, fusilada ya por Hollywood, la parece a El Caleño que es la nueva formula para más de lo mismo, una Bruja de Blair con poseídos, pero tampoco pudo ocultar su alegría al darse cuenta, al final de la película, que con seguridad habrá al menos una tercera entrega. También se vio, mientras se intentaba peinar, El secreto de tus ojos, fácilmente la mejor cinta argentina que El Caleño se haya visto en su vida. Preguntas claves se repiten una y otra vez, una mujer corre junto a un tren, hay gente que no puede olvidar nunca, hay gente que siempre va al estadio (aunque sea a ver a Racing), hay gente que sigue queriendo a pesar del tiempo, hay gente que escribe para no aburrirse, hay cosas que empiezan justo en el momento en que deben empezar… ni un año más ni un año menos. Mañana, se promete El Caleño, seguro se peina, corrige ese guión pendiente, se ve una película mientras se sigue enredando el pelo y en la noche la despedida a LN que se va al sur.


Mientras tanto, ahora, sigue indicaciones y hace caso, como pocas veces… con gusto señor Telemann, ¿o era Oberkampf?

3. El tema: la ciudad. Para empezar ¿Cuál ciudad? Esta ¿Por qué? Porque sí. Digan ustedes por qué no.

7. ¿Un ejemplo? Bueno, no lo tengo listo, pero puedo improvisar algo:

"Telemann va en un bus, hacia algún lugar de la ciudad. El tipo que tiene al lado huele a jabón de bebé. En la calle hay un hombre que vende golosinas el tiempo que dura la luz roja del semáforo. Teleman puede verlo. Es decir, puede ver lo que tiene adentro, y advertir la pulsión que no puede ser contenida. Cuando la luz se pone verde y el hombre no ha vendido nada, se quiebra. Llora como un niño que acaba de perder a sus padres en un accidente"


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