martes, 28 de octubre de 2008

No More Drama, Vote Obama


Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y John McCain, entraron este martes en la cuenta regresiva para las elecciones del 4 de noviembre con un gran despliegue de medios y un recorrido incesante de los estados donde se decidirán los comicios.

Ambos aspirantes a la Casa Blanca llevaron este martes al reñido estado de Pensilvania (este) el esfuerzo final.

McCain y su compañera de fórmula Sarah Palin se mostraron unidos en el mitin del estadio Giant Center de la localidad de Hershey, en su primera aparición juntos desde que surgieron versiones de un conflicto entre facciones de los candidatos a presidente y vicepresidente.

"Cuando dos inconformistas se unen no siempre coinciden en todo pero eso es muy divertido", dijo McCain sobre su relación con Palin, antes de volver a retratar a Obama como un izquierdista que conspira con subir los impuestos.

"El senador Obama quiere ser redistribucionista en jefe, yo quiero ser comandante en jefe", dijo McCain. "El senador Obama quiere diseminar la riqueza, yo quiero crear riqueza. El senador Obama quiere castigar a los exitosos, yo quiero que todos sean exitosos".

Por su parte, Obama atacó duramente a su rival por querer continuar las políticas económicas del impopular presidente George W. Bush, y advirtió sobre el peligro de la autocomplacencia por su ventaja en las encuestas.

"Ahora, en los últimos días de esta campaña, mi oponente trata de tomar distancia del presidente al que apoyó fielmente el 90% de las veces (en las votaciones del Senado)", dijo el demócrata ante 9.000 seguidores que lo acompañaron bajo la lluvia en la localidad de Chester.

Las presidenciales se juegan en apenas media docena de estados (de un total de 50 además del distrito federal), y McCain y Obama no solamente se van a cruzar a menudo en esta última semana de campaña, sino que además están metiendo el máximo de dinero y medios en la recta final.

Obama protagonizará este miércoles un anuncio televisivo de nada menos que 30 minutos, en horas de máxima audiencia, una iniciativa electoral desconocida en este país. Su campaña también está difundiendo desde este martes tres anuncios en los cuales Obama pide en español el voto, otra novedad histórica, según aseguran sus partidarios.

McCain, mucho más corto en recursos, cuenta con cruzar el país de forma incesante hasta el final de la campaña.

El republicano ha tenido además que destinar dinero para difundir anuncios en estados que parecían sólidamente conservadores, como Montana (noroeste). Un sondeo de la universidad de dicho estado coloca a Obama 4 puntos por encima de McCain, aunque otros medios los dan empatados.

Según el sitio internet RealClearPolitics, la media de sondeos nacionales le da a Obama una ventaja de 8 puntos, y un total de 306 grandes electores, en comparación con los 157 de McCain. En el sistema electoral estadounidense son necesarios 270 electores para ganar.

Algunos medios están empezando a analizar la amplitud de la victoria demócrata. En el Senado, por ejemplo, el partido de Obama cuenta con 51 escaños, que podrían subir a 56, según la media de sondeos. Algunas firmas señalan que incluso podría llegar a 60 (de un total de 100), lo que le garantizaría un dominio total, a prueba de sorpresas.

Con una crisis económica galopante, el mensaje de Obama parece calar no solamente en el electorado negro, sino también en el de origen latinoamericano e incluso en los votantes rurales, atemorizados por la caída de los precios agrícolas.

El factor raza quedó visiblemente atrás, aunque el anuncio el lunes sobre la detención de dos jóvenes racistas en Tennessee (sur) que aparentemente preparaban un plan para asesinar al candidato negro prendió las alarmas.

Obama restó importancia al hecho subrayando este martes como positivo que los grupos racistas han sido "marginados" de la campaña electoral.

"Miren, pienso que lo que llama la atención de esta campaña es el grado en que este tipo de grupos racistas han sido marginados", dijo Obama al canal KDKA de Pensilvania. Y es que "ese no es nuestro futuro", agregó.

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