
Como enfermizo hincha del América que soy, el domingo llegué a mi trabajo vestido enteramente de rojo. Gafas, camisa, tam, zapatos y maleta de color rojo, preparado para una fiesta que desde varios días atrás venia preparando en mi cabeza. Celebrar la estrella trece del equipo de alma, humillar a los hinchas del Cali, Nacional y Millonarios demostrándoles una vez más que el América es más grande que todos ellos juntos, que el rojo es uno sólo, que es sangre, pasión y alma. Lastima. Perdimos desde el punto penal luego de que Pablo Cesar Arango y Adrián Ramos fallaran sus respectivos lanzamientos. Así entonces Chicó celebró su primera estrella y yo, al igual que millones de colombianos, estuvimos al borde del llanto tras ver a nuestro glorioso equipo estar tan cerca del titulo y perderlo. No voy a hablar de actuaciones individuales o yerros colectivos, sólo queda decir que el equipo se desempeñó de buena forma a lo largo del torneo y si ahora me preguntan si merecimos o no ser campeones mi respuesta sería totalmente subjetiva.
En dos o tres semanas arranca de nuevo la Copa Mustang y en esta ocasión el torneo finalización (o clausura) tendrá equipos con nominas bastante reforzadas por lo que no le auguro al rojo mucha suerte. Espero que nos clasifiquemos al octogonal semifinal, espero que nos vaya bien en la Copa Nissan Sudamericana, espero que Calamaro de verdad venga a Colombia aunque si ninguna de estas cosas ocurre no importa, los voy a seguir queriendo. Por eso el titulo.
PD: Es increíble que no haya llorado el domingo tras el final del partido, de hecho todo lo he tomado de una forma muy madura. Me sorprendo a mi mismo, puede ser que estoy creciendo.
1 comentario:
tam rojo???? mi tam rojo!!!
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