domingo, 5 de agosto de 2007

El hoy y ahora del profesor Moncayo

Al profesor Moncayo lo que le dejó la caminata fue mucho, aunque no todo lo que le dejó fue bueno. Aunque no todo lo malo que le dejó fue tan malo también lo bueno que le dejó no lo fue tanto. Me explico. Primero lo bueno que no es lo más importante, Moncayo hizo ejercicio como nunca caminando los más de mil kilómetros que separan su casa en Nariño de Bogota, hizo nuevos amigos, despertó la conciencia de millones de colombianos que están viviendo el mismo flagelo que él. Cuando pasó por Fusa se montó al escenario a cantar con Julio Navas en el Show de las estrellas y es probable que el gran Jorge Barón le haya dado la famosa y certera pataita de la buena suerte.
Ahora la malo, lo mejor y lo más importante, el profesor Moncayo caminando mientras Uribe planeaba como salir ganador y aclamado. Moncayo caminando y los políticos caminando dos cuadras con él, a penas las suficientes para que les sacaran un par de fotos con el “caminante por la libertad” despedirse y salir para su sede con aire acondicionado a descansar el supremo esfuerzo, como lo hizo Navarro en Nariño o el gobernador Garzón acá en el Valle, como lo fueron haciendo tantos durante su viaje.

Pero lo del miércoles y el jueves fue triunfal. Primero, el miércoles y la recepción en Bogotá, Moncayo todavía tenía la palabra, aún se podía dar el lujo de rechazar al gobierno en cabeza de Pacho Santos. El Jueves Uribe se dirigió al la carpa donde se había instalado el profesor Moncayo, justo al frente de la Casa de Nariño y hablaron, luego Uribe se dirigió al país montando un consejo comunitario frente a la Plaza de Bolívar donde dijo que no podía aceptar lo que le había propuesto el profe. Es clara la posición del presidente, el no quiere cometer los errores de pasados gobiernos, en el 2002 gran parte de los colombianos votaron con él para que al fin hubiera alguien firme ejerciendo el poder. Entonces el presidente siguió firme en su determinación a pesar de las lágrimas forzadas de un Moncayo que no se daba cuenta del error que había cometido al hacer exigencias que nadie le iba a cumplir. Lo que debió exigir el profesor fue la liberación de los secuestrados y punto, al exigir acuerdo humanitario y el despeje de Pradera y Florida cuando una cosa no tiene que ver con la otra hizo que la lucha de un padre se politizara.
Es probable que ahora la guerrilla se manifieste diciendo ante el mundo que la caminata del Moncayo fue a favor del despeje y Uribe sabiendo esto hizo gala de sus dotes de orador de plaza de mercado y convenio a la mayor parte de la opinión pública de su parte. Difícil, a su lado el profesor se esforzaba por llorar abrazado de su esposa, talvez pensando en que debió meditar mejor sus propuestas, en que debió seguir pidiendo solamente la devolución de los secuestrados, en dejar de echarle la culpa solamente a Uribe de los secuestros cuando los únicos responsables son los actores armados, y en su caso particular, las Farc.
El sábado Moncayo pidió una mesa de dialogo entre familiares de secuestrados y varios políticos, entre ellos el gobernador Angelino Garzón, el alcalde de Medellín Sergio Fajardo y el alcalde de Bogotá, Lucho Garzón. Por ultimo le pidió a las Farc que respondieran a las peticiones hechas por él el pasado jueves, todo augura, gracias a la lógica guerrillera, a una espera tan larga como la que ha tenido que soportar su hijo en cualquier lugar de la selva.

1 comentario:

Valentina dijo...

el pobre moncayo tenia buenas intenciones, pero malos asesores.
me gusta tu punto de vista, inparcial y directo.