domingo, 12 de septiembre de 2021

Mentiras, como verdades (cuarto día)

En la madruga de hoy me desperté con la repetición de una palabra en mi mente. Dos veces la había escuchando antes de ser consciente de estar despierto en la mitad de la madrugada. Matare, matare. Bis. Sin tilde. Me desconcertó el hecho de haber soñado con esas palabras. ¿Venían de algún lugar de mi memoria? ¿Venían de mí? Qué hora es exactamente y porqué hace tanto calor en Cali en la madrugada. Y seguí pensando como lo hago cuando no entiendo algo, así pierda mucho tiempo y siga sin entender mucho o quizá entienda menos que cuando empecé a darle vueltas en la cabeza. Así fue hasta que por fin miré el reloj y eran las 4:20 a. m. y me dije que había sido suficiente y debía dormir. Tres horas después, ya despierto y sin haber tomado café le hablé a mi esposa del sueño. Del sueño que no era sueño y que era solo dos palabras Matare, matare. bis y sin tilde. Matare. Matare. Pronunciado con voz de mujer, un piso más abajo de donde yo estaba. Sacarlos de mi cabeza y ponerlo en palabras que articulaba y llenaban el aire, me dio tranquilidad. Como si contara algo que le pasaba a alguien más y no, no era yo el que pensaba y se lo decía a sí mismo, como un imperativo. Y no, no era yo. Me lo dijo mi esposa. En la madrugada, en un apartamento cercano hubo una pelea de pareja. Solo se escuchaba a la mujer gritar insultos y amenazas de partida. Quizá un matare, matare sin tilde y en bis. No lo sabe bien, mi esposa y quizá tampoco esa mujer. Ninguna lo sabe. Yo tampoco lo sé, pero ahora la certeza es que no salió de mi mente. Me tranquiliza. Es domingo, hace sol. En Cali siempre así llueva, así sea de noche. Su amenaza siempre está ahí. Es la única constante en este mundo postpandémico que no se acaba de derrumbar. Mañana será lunes, seguro será lunes. 

PD: Los gritos de madrugada ya han ocurrido un par de veces más. Con lo que escribo hoy no trato de banalizarlo o quitarle gravedad. El vigilante de la cuadra donde vivo ha estado particularmente pendiente de la situación. Al parecer, no ha habido violencia física pero no dejar de ser preocupante lo que ocurre. Solo he escuchado hablar fuerte a una mujer. No he tenido la oportunidad de conocer a la pareja en cuestión, pero estaré atento. Estaré atento. 

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