jueves, 7 de marzo de 2013

Cinco minutos, seis

En cinco minutos, casi seis, El Caleño sale a trabajar. Pensaba en caminar, como cada jueves, pero se siente cansado. Muy cansado. No es un agotamiento solo físico, es más bien algo de adentro. Un hartazgo. Una jaqueca que le llega cada tarde, la inmovilidad de casi cada día. Prueba escribir por cinco minutos, casi seis. Escribe en su ipod, como intentó hacerlo tantas veces. Faltan tres minutos. Busca qué escribir. Piensa. Quiere una bicicleta. Pedalear a cualquier parte, quiere esa libertad.

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