domingo, 31 de agosto de 2008

Bancarrota

A veces pasa, quedarse como seco, sin ideas. Bueno sin ganas de llevar a cabo esas pocas ideas que gotean a veces. Parece que no hubiera motivo para ello, el día de ayer fue igual al de hoy y todo eso. Las cosas no han cambiado mucho, la última vez que abrí los ojos estaba allí, en el espejo.

La semana pasada, hablando con A antes de su cumpleaños, ella me decía que aprovechara mi insomnio para escribir… no supe que contestar, creo que incluso sonreí luego de asentir levemente. No quise darme cuenta, como ahora, que esa ilusión que siempre tuve, en la universidad y un poco después, se ha ido deshaciendo. Y parece que no existe un motivo. Parece que ya no me apetece escribir y es como si esa puta ilusión que tenía hacia mi trabajo, hacia lo que quería hacer, hacia ese guión que continua sobre mi escritorio casi a la mitad, hacia lo que estoy por hacer con la revista del conejo, hacia cualquier cosa que amerite poner una letra tras otra, estuviera desapareciendo.

Y me pasa un poco como a ese amigo español al que solía leer repetidamente en su blog. Se cansó, dejó de escribir luego de pensárselo bastante. Ya había amenazado muchas veces, decía que se iba a cargar una mesa a hachazos, que no sabía cuanto más iba a durar todo eso. Pues bueno, dio un paso al costado y cerró su blog. Por fortuna, por mi manía de tener todo, había guardado un archivo con lo que alcanzó a escribir antes de que lo arrollara la verdad, las ganas de no ser. Pues si, cada vez que me dan ganas, como ahora, de dar un paso al costado lo leo y me doy cuenta de que aún no, todavía falta, sólo un poco más.

Estoy como en un desierto, sin agua, caminando sin rumbo. Me faltan certezas, como a los niños. Tal vez L sea una.

3 comentarios:

Valentina dijo...

al parecer este no es un buen año para escribir. el tiempo pasa cada vez más rapido y suceden cada vez menos cosas??

María Collazos Azcárate dijo...

bienvenido a la insatisfacción...

Fidelio dijo...

Es genuino... la insatisfacción a diferencia del amor y la tranquilidad son el único sentimiento que parece genuino en el ser humano... y que extrañamente permanece y seguirá con el hasta la tumba... la condena es la perpetua desazón -_-