
¿Por qué casi cincuenta?, ¿por qué no más? digamos 60 o 70, gente que ya era adulta y podía comprender la dimensión de la gesta en el momento justo en el que era realizada. Digo 50 años por que en el instante preciso del partido tenían la edad justa para teñir su recuerdo de leyenda, para hacer memoria y sonreír, para henchirse el pecho de orgullo y decir que también fueron Rivera abrazado ese poste, que también fueron Rivera pateando justo para que Maier la toque apenas con la punta del guante.
La squadra de Rivera, Faccheti y Mazzola contra la Mannschaft del kaiser Beckenbauer, Müller y Schnellinger. Imágenes inolvidables quedaron en la memoria en esta partita lunga, como la llaman los italianos, con cinco goles en el tiempo extra, con el hombro dislocado del Kaiser que nos dejó una metáfora sobre el valor más grande que cualquier otra. Al final, o en la final, Italia enfrentó a Brasil, al Brasil de los cinco 10, al Brasil de Pelé, Jairzinho, Tostao, Rivelino y Gerson. Era apenas lógico que perdiera, aún por cuatro a uno pero ya eran héroes, habían dejado grabado en toda una generación un solo partido.
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