miércoles, 17 de abril de 2013

Noveno día

Volvió a la andanzas. Se había demorado. Una semana sin escribir cuando, de alguna manera, había prometido hacer a diario. Tal vez fallar los fines de semana porque El Caleño nunca tiene tiempo los fines de semana. Siempre son demasiado cortos. Llega a casa y no hay luz. Los bombillos de la cocina y la sala, que son prácticamente los mismos, se fundieron al mismo tiempo. Ocurrió ayer, también al llegar del trabajo. Querías cocinar. Ayer y hoy. Quería preparase huevos revueltos con jamón y queso. En medio de la oscuridad todo se complica. Se conforma con un café mientras seca sus medias.

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